2025-12-11
La punción lumbar es un procedimiento clínico crucial y la elección de los instrumentos afecta directamente el resultado terapéutico y la comodidad del paciente. Las agujas de punción lumbar se clasifican principalmente en tres tipos: la tradicional aguja de Quincke, la moderna aguja con punta de lápiz y la aguja especializada de anestesia espinal-epidural combinada, cada una con aplicaciones específicas.
La aguja Quincke presenta un diseño de punta biselada, lo que facilita la penetración de la duramadre y proporciona una clara sensación de funcionamiento. Sin embargo, su punción cortante deja una abertura relativamente grande en la duramadre, que es propensa a provocar fugas de líquido cefalorraquídeo y aumentar el riesgo de dolor de cabeza pospunción.
La aguja con punta de lápiz presenta un diseño de punta roma cónica. Al empujar hacia un lado en lugar de cortar las fibras de la duramadre, se reduce significativamente la incidencia de fuga de líquido cefalorraquídeo y dolor de cabeza. Aunque la sensación durante la punción es menos pronunciada, su ventaja de seguridad lo convierte en la opción preferida para la mayoría de los pinchazos.
La aguja de anestesia espinal-epidural combinada adopta un diseño de aguja interna: primero, se usa la aguja epidural para el posicionamiento y luego se inserta una aguja de anestesia espinal más delgada a través de su luz interna. Este diseño permite la colocación rápida de anestesia espinal y catéter epidural simultáneamente, lo que lo hace adecuado para anestesia que requiere una larga duración o un control preciso.
En general, las agujas de punción se utilizan principalmente para la recolección diagnóstica de líquido cefalorraquídeo y la inyección terapéutica de fármacos o la colocación de catéteres. En la selección clínica, a menudo se eligen agujas con punta de lápiz para punciones de diagnóstico para reducir las complicaciones, mientras que se utilizan juegos de agujas específicos para las necesidades de anestesia. La evolución de las agujas de punción refleja la tendencia de las operaciones clínicas hacia enfoques mínimamente invasivos y centrados en el paciente, y la amplia aplicación de las agujas con punta de lápiz es una manifestación de este concepto.